viernes, 7 de octubre de 2011

El Fin del Estado Ayamara

Una razón que subjace a la sucesión infinita de errores políticos del gobierno en relación al conflicto con los indígenas de tierras bajas es sin duda el inminente riesgo de poner en  entredicho la perspectiva  pluricultural del régimen.  En efecto,  la notoria ausencia de alguna wipala y la presencia  de emblemas orientales  junto a la tricolor es un claro mensaje de los contenidos étnicos que entraña la VIII Marcha, una amenaza  a las pretensiones  aymaro-centristas del gobierno de Evo Morales. En el contexto ideológico marcado notoriamente por una perspectiva racial, el intento sistemático de aymarizar la sociedad boliviana a partir de los valores de ésa etnia  fue un acto imperial (que nos recuerda la obsesión de Mussolini de “fascistizar” Italia, o el infeliz intento nazi de eliminar todo alemán que no fuera ario) que pone en el tapete la crisis de un sistema geosocial cuyos desajustes actuales se deben a una ciega obsesión por imponer una sola visión étnica  al conjunto de pueblos de la República sin consideración real de su verdadera naturaleza cultural, social y política.
El gobierno actual reconocio 32 “naciones” pero instalo en la estructura de poder solo una; la aymara. La machacona pluriculturalidad del régimen es sin la menor duda un acto simbólico, figurativo, diseñado para encubrir todo un aparato creado para el sujuzgamiento de las culturas restantes bajo la égida aymara, o borrar por Decreto la existencia de los mestizos que de hecho, oficialmente no exiten ni en las estadisticas nacionales, empero, semejantes atropellos son más que un acto de Poder, un  absurdo, solo basta recordar que más del 60% de la población rural se considera mestiza.
El TIPNIS tiene en este sentido una nueva virtud, reactualiza la vigencia de la pluralidad real a despecho de las visiones racistas y excluyentes del Poder Aymara instalado en el palacio de Gobierno. Los indigenas del TIPNIS constituyen un evento por cierto espantoso en la perspectiva racial que Evo Morales le imprime al Estado; un golpe bajo para los que  soñaron gobernar 514 años en la mas alucinante vendeta racial jamas antes imaginada en la America Morena.