lunes, 9 de enero de 2012

Los Discursos del Poder

Una aproximación serena a los discursos políticos actuales en Bolivia, daria como resultado la identificación de al menos tres discursos de importancia y una considerable variedad de meta-discursos en torno al Poder. Podríamos reconocer sin dificultad uno cuyo eje temático gira en torno a la raza y en consecuencia, una perspectiva fuertemente marcada por la exclusión de sectores sociales que no podrían tipificarse como “originarios”.
Una segunda vertiente constituida por las fracciones disidentes del MAS cuyo eje discursivo gira en torno al proceso de cambio entendiendo que éste ha sido traicionado por el actual gobierno. Sus reflexiones no se han desprendido de los postulados de raza que configuran el discurso oficialista, pero se diferencia de él en al menos dos dimensiones diferentes: una que apuesta por una  transformación pluricultural que desdibuje los límites del enfrentamiento de raza (sintetizados en las visiones “originarias”) de manera que proyecta un escenario nacional multiétnico y aunque regido por la cosmovisión de un Estado Aimara no pretende deshacerse del mestizaje, y otro que exige del Estado posiciones radicales frente a las fracciones mestizo-blancoides que proyecta la construcción de un Estado Aimara fundamentalista. Se trata de posiciones  radicales del indigenismo criollo cuyo postulado es franca y definitivamente racista.
Una tercera vertiente se localiza en lo que podría denominarse la “izquierda democrática” cuyo eje discursivo gira en torno a los Derechos Democráticos. Constituida por las generaciones que experimentaron la resistencia a las dictaduras militares y la reconquista de las instituciones democráticas, se identifica como la fracción opositora más claramente visible al gobierno actual y aunque se la ve como encarnación de todos los errores y taras de la clase política derrotada por el régimen de Morales, encarna la vigencia de los derechos y garantías jurídicas individuales en el marco de la libertad. A pesar de su consistencia teórica y práctica adolece de una crónica falta de liderazgo que complota contra sus propias posibilidades.
En su conjunto, y dado lo precario de los conceptos políticos (en virtud de su flexibilidad en el tiempo)  podría decirse que la Bolivia de Evo Morales presenta tres visiones de Poder que corresponde a  tres discursos políticos: uno cuyo resultado final debiera ser el estado Originario-Aymara al que se asociarían por las buenas o por las malas todos los demás segmentos de la sociedad boliviana. Su núcleo epistémico lo constituye la raza como tal. Otro que podría tipificarse como un proyecto originario-democrático que postula una sociedad plural con dominancia de las visiones originarias pero que convive con la diversidad sin mayores inconvenientes, y uno que postula una sociedad democrática inclusiva y diversa que postula un tipo de estado y sociedad plural independientemente de cualquier concepto racial y definitivamente asociado a la modernidad.
Si elevamos estos proyectos a las categorías de derecha e izquierda el panorama muestra su verdadera complejidad, pues, tendríamos una Derecha Radical cuya realización histórica supone el Estado Aymara, una  Derecha Democrática representada por aquellas expresiones disidentes del MAS cuyo proyecto es un Estado Originario-democrático, ambos proyectos, empero, están afiliados a una visión racista de la sociedad, el Estado y el Poder. Finalmente tendríamos la Izquierda Democrática cuyo proyecto estatal pasa por un Estado Liberal, inclusivo y participativo franca y definitivamente alejado de cualquier criterio de raza.