martes, 27 de diciembre de 2011

El Estado Mestizo según el MAS

La noción de un Estado Mestizo contrario a un Estado Indígena constituye un elemento central de la ideología masista del Estado. Según ésta concepción un estado se considera mestizo en la medida en que conserva la visión política y la perspectiva practica (en lo económico, cultural, administrativo, etc.) del mestizaje. El Estado Mestizo seria una entidad propia de la fase republicana bajo el control de elites blancoides que en la jerga marxista leninista corresponderían a la burguesia y la pequeña burguesía  (que se identificó con la clase media). El Estado Indígena vendría a ser su antípoda en todos los sentidos en tanto sus contenidos de clase están dados por la cultura originaria nacional  y el ejercicio estatal (las practicas de Estado) estarían ahora a cargo de aquellos que estuvieron hasta el advenimiento de Evo Morales excluidos y marginados del Poder (cosa por cierto absolutamente cierta) En términos generales y con las distancias del caso, esta interpretación encaja de lleno en la realidad hasta bien entrado el siglo XX. La post guerra del Chaco y el advenimiento de la Revolución Nacional (en su primera fase al menos) se ajustaban a una lectura de este corte, (Recuérdese el Manifiesto de Ayopaya de Walter Guevara Arce) Precisamente por ello el populismo movimientista del 52 constituyo una dictadura antiimperialista muy parecida a la actual, a la fecha, empero, un discurso basado en criterios etnoclasistas suena como un ruido fósil, un eco del pasado que no logra engranar en el presente. Solo tendríamos que pensar que el 62%  de la población nacional (rural y urbana) se auto-idéntica como  mestiza lo que hace superfluo contraponer el Estado Mestizo a un hipotético  Estado Indígena. En los hechos los indígenas se califican a sí mismos mestizos en proporciones que invalidan fundamentar la naturaleza de un estado sobre semejante improperio sociológico, es más, su auto-calificación no solo es voluntaria sino además realiza una percepción y un deseo subjetivo buscado exprofeso por ellos, y es que no puede ser de otra manera en el contexto de una sociedad mundializada. Más superfluo resulta aferrarse a un criterio etnológico como el de “originario” en una sociedad en que el proceso de sincretismo y aculturación republicana echó por tierra cualquier elemento que haga posible fundar un estado sobre semejante base teórica. Ni que se diga desde la perspectiva de la modernidad; mientras el avance de la historia fusiona las diferencias en la categoría del Ser Humano, (en la que todos son iguales) las utilizadas por la perspectiva etnoracista de moda las retrotrae a la edad media, oscuro episodio donde los hombres se juzgaban por sus orígenes y sus creencias,  en síntesis, sostener que el proceso de cambio pasa por derrotar el Estado Mestizo (una acción de hecho racista) y suplantarlo por el Indígena (de hecho fascista) no es más que un falso debate, en realidad de lo que se trata es de restituir un Estado democrático en el que todas las diferencias pueden resolverse en el ámbito de la libertad y el debido proceso,  o aceptar un Estado cuyos contenidos se definen por la raza y no por la cualidad humana de sus miembros. El Estado Ayamara con el que sueñan los eventuales gobernantes, es por encima de todo, un intento fascista racionalizado a través de la noción de lo indígena u originario, este ardid empero, está muy lejos de ser un argumento que permita imaginar una sociedad más justa e inclusiva, propia del espíritu del  siglo XXI.