En la lengua española el término
prótesis se define como el
“procedimiento mediante el cual se repara artificialmente la falta de un
órgano o parte de él”. Una prótesis es un dispositivo añadida al organismo vivo
de forma artificial que cumple una función determinada y que puede ser removida
una vez que no sea necesario usarla, se trata de un mecanismo de recambio
utilitario que permite explotar un dispositivo que aunque resulta
imprescindible nunca alcanza el grado de irremplazable. Otra de sus virtudes
estriba en que si se produce alguna falla o inconveniente, de inmediato se
procede a su recambio y se asume que todos los problemas derivados provienen de
la falla protética. Así, si a un paciente cardiaco le sobreviene un paro masivo
que determina ipso facto su muerte,
se dice que una falla en la prótesis implantada determinó el deceso del occiso,
de manera que las responsabilidades se cosifican o despersonalizan, finalmente
el único culpable termina siendo la prolífico dispositivo.
Este atractivo concepto de la
medicina actual se me antoja de enorme utilidad en el análisis político y
sociológico a la hora de apreciar el modus
operandi del régimen actual. Estado Protético en que todos sus operadores
ostentan el rango de prótesis; una vez que cumplieron sus funciones y
cosechados los frutos son declarados inservibles, desdeñados, arrojados al
tacho de inmundicias y en lo posible, como por escarmiento, enjuiciados y
encarcelados.
El Estado Protético es un modelo
de acción político-administrativa que prescinde de las cualidades humanas, se
sostiene en la capacidad operativa ciega, irreflexiva, mecánica, no acepta pensamiento
libre, ni moral, ni juicio de valor. Bajo esta lógica, los daños colaterales
producidos por el dispositivo son de exclusiva responsabilidad de la prótesis, así,
cuando los potosinos reclamaban las promesas y compromisos incumplidos, el
gobierno no se hizo responsable, fue la prótesis ministerial de ese entonces.
El sistema prótesis sin embargo tiene un límite conocido como el rechazo
metabólico, a ese rechazo se llega cuando todo el sistema dice basta, en ese
momento, la única solución posible es remover el dispositivo para siempre.
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