miércoles, 1 de noviembre de 2017

¿Qué País Quieres Para tus Hijos?



Es evidente que el Movimiento al Socialismo en lo referido a las elecciones del próximo año no tiene un plan B, el único plan que mantiene y mantendrá a como dé lugar es la candidatura de Evo Morales y, eventualmente,  García Linera. No existe de momento ninguna otra opción que no sea el caudillo. Las razones pueden ser variadas pero la fundamental obedece a que la década de su gobierno no solo le resultó insuficiente para implementar un modelo Estatal originario, sino que además -un poco tarde- se ha dado cuenta que malgastó mucho de todo. Para el oficialismo, la imposibilidad de  pensar en otro candidato que no sea Evo empieza a transformarse en una camisa de fuerza que terminará minando las fuerzas masistas de forma irreversible. La eliminación de Evo como candidato desataría al interior de ese partido una hecatombe y eclosión de intereses particulares que ya hemos empezado a vislumbrar tímidamente.
Para la oposición, estructurar una candidatura unitaria capaz de competir con el oficialismo de forma eficiente significaría su única garantía de sobrevivencia, no lograrlo equivale a un suicidio voluntario y postergaría por mucho tiempo sus posibilidades históricas en la medida en que, quien logre unir las fuerzas políticas de oposición frente al oficialismo en estas próximas elecciones, habrá logrado su pase al futuro inmediato en condiciones excepcionales.
Mientras para el MAS Evo se ha transformado en la única carta que garantiza un mínimo de seguridad y avance al futuro, para la oposición su unidad y coherencia se han transformado en la única posibilidad de exitosa sobrevivencia política, empero, ambas fuerzas se juegan su futuro y esto es lo que hace de la coyuntura un momento de inflexión histórica  que solo acepta dos opciones: la consolidación de un régimen totalitario o la restitución de un sistema democrático, ambos son, figurativamente, químicamente incompatibles. No admiten puntos medios.
La interrogante que emerge frente a estas disyuntivas hace parte de la opción política de cada ciudadano, pero, curiosamente, no sugiere una interrogante política. La pregunta que debe responde cada boliviano es más bien existencial: ¿Qué país quieres para tus hijos?

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